Nuestra razón de Ser
El Instituto “es la respuesta a un anhelo general (..) y el deseo de dotar a la ciudad de Lomas de Zamora de un establecimiento más de enseñanza, modelo en su género”, dice el acta fundacional.
En efecto, más de 93 años han transcurrido ya, desde que el nombre del Presbítero Doctor Antonio María Sáenz cobija el hacer educativo creciente de la Iglesia católica lomense, dependiente primero de la parroquia Nuestra Señora de la Paz (hoy catedral) y luego, a partir de la creación de la diócesis, del Obispado de Lomas de Zamora.
Un vasto complejo educacional que prácticamente alcanza a todos los niveles de enseñanza, es la resultante de una preocupación permanente de pastores, cuyos nombres (junto a la de muchos laicos) conforman la historia misma de los establecimientos: monseñor Juan Pascual Chimento y monseñor Alejandro Schell.
El primero, con la ayuda y el esfuerzo de muchos fieles vecinos, plasma la idea; y el segundo propagó aquellos ideales y forjó lo que sería su estructura actual.
Monseñor Schell -quien creía que el servicio de su acción pastoral no estaba desvinculado de lo concreto, de nuestra Argentina y de su historia- consideraba que la mejor manera de buscar la sabiduría y el bien tan ansiado por todos era trabajar en la formación de hombres y mujeres a través de la enseñanza. Y fue él mismo quien nos dejó la clave para alcanzar ese objetivo: creer y ser perseverantes en el esfuerzo.
En definitiva, “Educación a partir del concepto de Persona, basado en los valores trascendentales”, es la idea y esencia que da vida al Instituto día a día.-